Más de 400 millones de personas en todo el mundo tienen problemas de control de la vejiga. Estos problemas son muy comunes, pero muchas personas se sienten demasiado avergonzadas para hablar de ellos o incluso buscar ayuda.
Sentirse avergonzadas es solo una parte de las dificultades con las que tienen que lidiar. También tienen que enfrentar otros problemas en su vida diaria, lo que a su vez reduce su confianza y cambia su rutina general.
El control de la vejiga es la forma en que el cuerpo controla cuándo y cómo se libera la orina. La vejiga, los músculos y los nervios funcionan perfectamente juntos para sostener este frágil sistema. Si este equilibrio no funciona, la vejiga puede tener fugas, retener demasiada orina o enviar mensajes urgentes en momentos inoportunos. Lo bueno es que estos problemas se pueden controlar. Veamos cómo diagnosticar y tratar los problemas de control de la vejiga.
Diagnóstico de problemas de control de la vejiga
Cuando acuda a un médico por problemas de control de la vejiga, querrá saber más sobre su historial médico y realizarle un examen físico. Primero, el médico le realizará un análisis de orina. Este análisis de orina examina su muestra de orina en busca de enfermedades, sangre o compuestos inesperados. Los resultados del análisis ayudarán al médico a evaluar si su sistema urinario no funciona correctamente.
En ocasiones, el médico puede utilizar pruebas de diagnóstico por imágenes, como radiografías o ecografías. Estas pruebas de diagnóstico por imágenes ayudarán al médico a ver la vejiga y los órganos circundantes con claridad. Esta prueba puede detectar obstrucciones, crecimientos u otros problemas que puedan limitar la capacidad de la vejiga para retener o liberar orina. Además, el médico puede realizar otras pruebas, como pruebas urodinámicas. El propósito de estas pruebas es evaluar la salud de la vejiga. Evalúa la función muscular, la presión de la vejiga y la facilidad con la que la vejiga se llena y se vacía. Esto puede ayudar al médico a determinar si el problema se debe a problemas nerviosos o a un debilitamiento del músculo de la vejiga.
Tratamiento para los problemas de control de la vejiga
Modificaciones en el estilo de vida: para tratar el problema del control de la vejiga, deberá realizar cambios en su rutina diaria. Esto puede ser algo tan simple como cambiar sus hábitos de bebida, crear un horario para ir al baño o hacer ejercicios del suelo pélvico. Estos ejercicios, comúnmente conocidos como Kegels, ayudan a fortalecer los músculos que sostienen la vejiga.
Medicamentos: existen medicamentos que pueden ayudar a regular estos deseos inesperados de orinar, así como también hay medicamentos que empeoran las ganas persistentes de orinar y la tendencia de la vejiga a perder el control. Su médico puede recomendarle estos medicamentos para ayudarla a controlar mejor los síntomas, según la causa raíz del problema.
Dispositivos médicos: para algunas personas, se utilizan dispositivos médicos como pesarios, un dispositivo de soporte que se inserta en la vagina, o un catéter, un tubo que drena la orina de la vejiga.
Cirugía: en casos más graves, a menudo se necesita cirugía. Esto puede significar mover la vejiga a su lugar, eliminar obstáculos o incluso cambiar la estructura de la vejiga para mejorar su funcionalidad.
Conclusión
Millones de personas en todo el mundo sufren problemas de control de la vejiga, pero a muchas les da vergüenza hablar de ello. Estos problemas pueden interferir en la vida diaria, provocando alteraciones de la rutina y una disminución de la confianza en uno mismo. La buena noticia es que los problemas de control de la vejiga se pueden tratar con medicamentos, dispositivos médicos, modificaciones del estilo de vida e incluso cirugía.