El alcalde de Guerrero, la capital del estado mexicano asolado por la violencia, fue asesinado el domingo, menos de una semana después de asumir el cargo. Esta noticia fue confirmada por el gobernador del estado.
Según los informes recopilados, Alejandro Arcos fue asesinado solo seis días después de asumir el cargo de alcalde de la ciudad de Chilpancingo, una ciudad de aproximadamente 280.000 habitantes en el suroeste de México.
Evelyn Salgado, la gobernadora de Guerrero, había compartido un comunicado en las redes sociales, diciendo: “Su pérdida enluta a toda la sociedad guerrerense y nos llena de indignación”.
La Procuraduría General de Justicia del estado de Guerrero también ha dicho que está investigando este asesinato.
La confirmación oficial de esta noticia se produjo después de que circularan fotos en WhatsApp, una aplicación de mensajería, que mostraban una cabeza cortada sobre una camioneta, aparentemente la de Arcos. Al cierre de esta edición, Reuters aún no había verificado de forma independiente la autenticidad de las fotos.
La muerte de Arcos se produce solo tres días después de que el nuevo secretario de gobierno de la ciudad, Francisco Tapia, fuera asesinado a tiros.
Moreno, el jefe del partido político mexicano PRI, había pedido a la Procuraduría General de la República que liderara la investigación sobre los asesinatos de Arcos y Tapia, a la luz de “la situación de ingobernabilidad en Guerrero”.
Con el tiempo, Guerrero se ha convertido en uno de los estados más letales para los aspirantes a funcionarios públicos y los elegidos, así como para los periodistas.
Al menos seis candidatos a cargos públicos fueron asesinados en el estado en el período previo a las elecciones del 2 de junio en México.
Las publicaciones de Arcos en las redes sociales revelaron que, en los últimos días, el alcalde había estado supervisando los esfuerzos de socorro tras el impacto del huracán John el mes pasado. Este huracán en particular causó graves inundaciones en el balneario de Acapulco y en las ciudades aledañas.