El actor británico Idris Elba está a punto de dar un giro a su vida y a su carrera tras anunciar que se trasladará a África en los próximos diez años. Tras actuar en películas históricas como The Wire y Mandela: Long Walk to Freedom, Elba tiene ahora la vista puesta en la cada vez más popular industria cinematográfica africana. Actualmente está involucrado en proyectos de construcción de estudios cinematográficos en Accra (Ghana) y Zanzíbar (Tanzania) para permitir que los africanos cuenten sus propias historias.
Para Elba, esto no es algo habitual, es algo personal. Con raíces en Ghana y Sierra Leona, siempre se ha sentido apegado al continente. Cree firmemente que las historias africanas han sido malinterpretadas durante mucho tiempo en los medios globales. Además de la narración tradicional de traumas, esclavitud y guerra, quiere poder dar a las ricas tradiciones, culturas e idiomas de África todo el valor que se merecen y ayudar al mundo a ver lo que el continente realmente tiene para ofrecer.
Si bien Nollywood, en Nigeria, ya está avanzando en el cine, al igual que partes del África francófona, gran parte de la industria sigue carente de infraestructura y recursos, según Elba. Espera que sus estudios se conviertan en un centro de capacitación, producción y distribución para ayudar a los cineastas africanos a adquirir las herramientas que necesitan para competir de igual a igual con la industria cinematográfica mundial. Cree que, mediante el fomento del talento local y las inversiones en instalaciones, el cine africano puede convertirse en una fuerza global.
La reubicación de Elba es más que una mudanza, es un compromiso con el futuro del cine africano a largo plazo. Equipado con esta pasión e influencia, quiere cambiar la forma en que el mundo ve a África, convirtiéndola en un actor central en la industria cinematográfica global y brindando a los africanos la oportunidad de apropiarse de sus historias y compartirlas con el mundo.