Con los precios de la gasolina por encima de los ₦1.000 por litro en toda Nigeria, las estaciones de servicio se están convirtiendo rápidamente en pueblos fantasmas desiertos, ya que los ciudadanos en dificultades abandonan sus vehículos personales para el transporte público. Los efectos dominó son claros: los vendedores de gasolina se enfrentan a una disminución de las ventas, altos costos y despidos crecientes en todo el país.
La Asociación de Propietarios de Puntos de Venta Minoristas de Productos Petrolíferos de Nigeria (PETROAN) y la Asociación Independiente de Comercializadores de Petróleo de Nigeria (IPMAN) están haciendo sonar la alarma sobre esta crisis sin precedentes. El presidente de PETROAN, Billy Gillis-Harry, reveló la alarmante inflación de precios en The Morning Brief de Channels Television el lunes. “Hace solo unos meses, comprábamos 45.000 litros por menos de ₦8,5 millones. Ahora, son alrededor de ₦49 millones. Los bancos no están interviniendo y las tasas de interés están por las nubes. Los nigerianos simplemente no pueden permitirse comprar”, dijo.
Haciéndose eco de sus preocupaciones, Ukadike Chinedu, de IPMAN, describió las estaciones de servicio como prácticamente vacías. “La clase media ha dejado de lado sus coches por el transporte público y las estaciones apenas reciben clientes. El volumen de comercio ha caído drásticamente porque los clientes están cambiando a transporte alternativo y reduciendo los viajes no esenciales”. Las estaciones de servicio, que antes estaban llenas de gente, ahora sólo reciben unos pocos coches al día, un cambio radical respecto de épocas anteriores de alta demanda.
Nigeria ya ha sido testigo de dos protestas importantes contra las políticas económicas del presidente Bola Tinubu, que muchos sostienen que han exacerbado los costes de vida. Desde la eliminación de los subsidios a los combustibles y la unificación de los tipos de cambio, los precios de los productos básicos, la energía y el transporte se han disparado, provocando dificultades financieras. De un precio del combustible de menos de 200 ₦ por litro, los ciudadanos se enfrentan ahora a más de 1.000 ₦ por litro, una realidad casi surrealista.
Los comerciantes de gasolina están pidiendo al gobierno que actúe, solicitando un fondo inicial de ₦100 mil millones para evitar el colapso total del sector, comparándolo con los fondos de ayuda proporcionados a los sectores agrícola y de la aviación. Sin embargo, la administración insiste en que estas “reformas” son necesarias, a pesar del impacto brutal en los nigerianos comunes.
Mientras el gobierno se mantiene firme en sus políticas, los ciudadanos y las empresas se preguntan cuánto tiempo podrán soportar el costo de la vida, sin un alivio a la vista.