La abrasión corneal es más probable de lo que crees. Básicamente, se trata de un rasguño en la superficie del ojo. La córnea es la parte transparente del frente del ojo y es bastante sensible, por lo que sufrir una abrasión que la afecte es muy común. La abrasión corneal le ocurre a personas de todas las edades. Es una de esas lesiones que ocurren cuando menos lo esperamos. En este artículo, veremos el proceso, los síntomas y las causas de la abrasión corneal.
Estructura y sensibilidad de la córnea
La córnea está formada por cinco capas finas y transparentes que impiden que la suciedad entre en los ojos. Su función principal es enfocar la luz que entra en los ojos.
La córnea trabaja con el cristalino para garantizar que el objeto que estás mirando se vea nítido. La córnea es una de las partes más sensibles del cuerpo porque contiene muchas terminaciones nerviosas.
Síntomas de abrasión corneal
Dolor ocular
Ojo rojo
Ojo lloroso
Ojos sensibles a la luz
Visión borrosa
Sensación de tener algo atrapado en el ojo
Dificultad para mantener el ojo abierto
Párpados hinchados
Dolor de cabeza
Espasmos oculares
Sensación de arenilla o picazón en el ojo
Sensación de cansancio o tensión ocular
Causas de abrasión corneal
Objetos extraños: motas de polvo o arena pueden entrar en los ojos inesperadamente. Cuando te frotas los ojos repetidamente, estas partículas raspan la córnea y provocan una abrasión.
Traumatismos: las lesiones, como pincharse los ojos accidentalmente o recibir un golpe en ellos, pueden rayar la córnea. A veces, puede que intentes rascarte los párpados y que tus uñas se introduzcan por error en los ojos. Esta uña puede rayar la córnea y provocar una abrasión.
Lentes de contacto: los lentes de contacto pueden convertirse fácilmente en un problema si no se usan correctamente. Si los usas durante demasiado tiempo o no los limpias adecuadamente antes de ponértelos, puedes sufrir un rasguño.
Síndrome del ojo seco: a veces, los ojos no producen suficiente lágrima, lo que hace que se sequen y se irriten fácilmente. En ese caso, es más fácil que la córnea se raye o se dañe.
Quemaduras químicas: muchos productos para el cuidado de la piel vienen con advertencias que te indican que te enjuagues los ojos inmediatamente si el producto entra en contacto con ellos. Esto se debe a que los químicos agresivos de esos productos pueden causar daños graves a la córnea si tus ojos entran en contacto con ella.
Otros factores: Afecciones como el trastorno de los párpados, en el que estos no cierran correctamente, y tener una alergia que provoca picazón en los ojos, aumentan la probabilidad de sufrir una abrasión corneal.
Conclusión
Las abrasiones corneales pueden ocurrirle a cualquiera sin previo aviso. Estas abrasiones son básicamente rasguños en la superficie del ojo, la capa fina y transparente de los ojos, que dañan la córnea. La córnea es súper sensible, lo que hace que sea fácil lastimarse con elementos como el polvo, pinchazos accidentales o incluso por no cuidar las lentillas.