Un aeropuerto ubicado en la parte baja de la Isla Sur de Nueva Zelanda se ha visto envuelto en un debate polarizador tras establecer un límite de tiempo para los abrazos en su zona de llegada.
El tema del debate: “¿Cuánto tiempo es demasiado tiempo para abrazar?”.
Bueno, según el nuevo aeropuerto de Dunedin, tres minutos son tiempo suficiente para activar las hormonas de la felicidad generadas por un buen abrazo, al menos según el director ejecutivo del aeropuerto, Dan De Bono, quien hizo esta observación en una entrevista telefónica el martes.
Para enfatizar aún más su punto, el nativo de Dunedin, de 40 años, dijo que había cronometrado el tiempo ese mismo día, cumpliendo con el cupo completo frente a una audiencia de personal del aeropuerto.
Durante su experimento, dijo que el abrazo se volvió un poco incómodo después de 20 segundos y tuvo que luchar contra el impulso de alejarse:
“No soy un gran abrazador. Veinte segundos es lo máximo para mí”, afirmó De Bono.
El aeropuerto ofrece servicios a una ciudad universitaria de aproximadamente 135.000 personas y, si bien (obviamente) no es rival para el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles o el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, que atraen a decenas de millones de pasajeros, el tráfico aún puede acumularse en las horas pico de su estimado de aproximadamente 1 millón de pasajeros anuales.
Debido a esto, el personal del aeropuerto ideó el plan de límite de abrazos como una forma “divertida” de mejorar la seguridad en la zona de descenso al evitar maniobras peligrosas a medida que la gente se exasperaba con los atascos de tráfico.
Las primeras reacciones a este anuncio fueron principalmente negativas, y varias personas describieron la decisión como inhumana.
Pero De Bono no se conmueve, ya que dice que el rechazo se ha aliviado con la noticia que se ha vuelto viral en los medios de comunicación mundiales.
Según De Bono, los tres minutos son bastante generosos según los estándares globales.
Al cierre de esta edición, De Bono dijo que el aeropuerto de Dunedin no tiene planes de aplicar estrictamente el límite de tiempo, aunque hizo bromas sobre emplear una “policía de abrazos” con temporizadores de minutos para “hacer que la gente rinda cuentas”.
“Para aquellos que necesitan abrazos más largos, siempre está el estacionamiento”, dijo De Bono y un cartel en la zona de aterrizaje ha informado a los visitantes que lo utilicen para “despedidas más cariñosas”.
Durante las horas de menor actividad, el aeropuerto ha dicho que haría la vista gorda con las personas que se quedan más tiempo del permitido en el área de aterrizaje.
“Entre vuelos, puedes tener un abrazo de 20 minutos y nadie se dará cuenta”, aseguró De Bono.