El martes, las autoridades judiciales filipinas citaron a la vicepresidenta Sara Duterte para interrogarla por sus declaraciones del fin de semana pasado de que había contratado a alguien para asesinar al presidente Ferdinand Marcos Jr. si ella era asesinada.
Duterte había acusado al gobierno de tergiversar sus palabras para crear una narrativa falsa de que la vida de Marcos estaba bajo amenaza activa, y dijo en un comunicado el martes que sus comentarios eran un “acto condicional de venganza”.
La citación de la Oficina Nacional de Investigación (NBI) exige que Duterte se presente en sus oficinas el 29 de noviembre.
Según la citación, de la que Reuters tuvo acceso a una copia, Duterte será interrogada por el supuesto delito de amenaza grave y probables violaciones de la ley antiterrorista.
En una conferencia de prensa en línea el sábado, Duterte dijo que había hablado con un asesino y le había dado instrucciones de matar a Marcos, su esposa y su primo, el presidente de la Cámara de Representantes de Filipinas, si ella era asesinada.
Sin embargo, la oficina de Duterte dijo que ella no estaba cuando se le notificó la citación y que no había leído la orden. El lunes,
Cabe señalar que Duterte había dicho el lunes que cumpliría si la citaban los investigadores.
Las sorprendentes declaraciones de la distanciada vicepresidenta son las últimas de una amarga disputa que se ha intensificado desde el colapso de una formidable alianza entre sus poderosas familias en la que Marcos ganó las elecciones de 2022 por un amplio margen, con Duterte compitiendo a su lado.
Tanto Marcos como Duterte son hijos de expresidentes.
Marcos dijo en un discurso nacional el lunes que tomaría medidas drásticas contra las “amenazas imprudentes y preocupantes” en su contra y que no permitiría que tales intentos criminales pasaran sin nombrar a Duterte.
Sin embargo, a diferencia del presidente, la vicepresidenta no tiene inmunidad procesal, según el Ministerio de Justicia.
En su declaración, Duterte dijo que sus comentarios no eran una amenaza contra la vida de Marcos.
“Planteo esta advertencia mientras el presidente y sus aduladores venden agresivamente una narrativa basada completamente en mi declaración, que está sacada de su contexto lógico”.
“El sentido común debería ser suficiente para que entendamos y aceptemos que un supuesto acto condicional de venganza no constituye una amenaza activa”, concluyó la vicepresidenta.