El sector político de Kenia está en plena efervescencia y parece que el vicepresidente Rigathi Gachagua podría estar en serios problemas. El miércoles, el Senado inició un debate sobre su destitución después de que sufriera otro revés en sus intentos de detener el proceso en los tribunales. Si el Senado vota para destituirlo, Gachagua haría historia como el primer vicepresidente de Kenia en ser destituido desde que se introdujo la constitución de 2010. ¡Hablamos de sentar un precedente!
Gachagua, que proviene de la influyente tribu Kikuyu y se ha ganado la reputación de ser un poderoso hombre de negocios, se convirtió en vicepresidente junto con el presidente William Ruto en las reñidas elecciones de agosto de 2022. Sin embargo, su tiempo en el cargo no ha sido nada fácil. Recientemente, ha expresado su preocupación por haber sido marginado por el presidente Ruto, e incluso se le ha acusado de apoyar las protestas lideradas por jóvenes contra el gobierno que estallaron en junio. Esas protestas, impulsadas por la ira pública por los crecientes aumentos de impuestos, han causado un malestar significativo y revelado grietas dentro de los niveles superiores del liderazgo de Kenia.
La semana pasada, la Asamblea Nacional dio un paso audaz al votar abrumadoramente a favor del impeachment de Gachagua por 11 cargos, incluidos corrupción y abuso de poder. Gachagua, que ahora tiene 59 años, ha negado todas las acusaciones e insiste en que permanecerá en su cargo hasta que el Senado emita su decisión. Sin embargo, dado que el Senado debatirá a puerta cerrada inicialmente, queda por ver si la cámara alta seguirá el ejemplo de la Asamblea Nacional.
La situación se ha agravado en medio de un creciente malestar político, en particular después de las violentas manifestaciones de principios de este año. Estas protestas no han hecho más que intensificar el escrutinio sobre Gachagua, que se enfrenta a acusaciones tan graves como amenazar a un juez, definitivamente no el tipo de comportamiento que le hace ganar puntos de popularidad. Su equipo legal sostiene que el proceso de impeachment se está llevando a cabo de forma apresurada e injusta, pero han enfrentado reveses en los tribunales. Un Tribunal Superior de Kenia dictaminó el martes que el Senado podía seguir adelante con su sesión, y otro fallo confirmó que todo el proceso de impeachment continuaría sin obstáculos.
El presidente Ruto ha mantenido la boca cerrada en lo que respecta al impeachment, lo que llama la atención, dado que el propio Gachagua ha insinuado que el proceso no puede avanzar sin la aprobación del presidente. Entonces, ¿es esto una señal de ruptura entre Ruto y Gachagua, o simplemente una maniobra política que podría resultar contraproducente?
El futuro político de Gachagua pende de un hilo mientras el Senado delibera si lo despide o lo mantiene en el cargo. Los acontecimientos en este caso podrían reconfigurar la estructura política de Kenia y sentar un precedente importante para futuros líderes. Después de todo, si un vicepresidente puede ser destituido, ¿quién está a salvo en la política keniana?