La economía de Nigeria logró crecer un 3,46% en el tercer trimestre de 2024, según los datos publicados el lunes por la Oficina Nacional de Estadística. Si bien esto marca una ligera mejora en comparación con el crecimiento del 3,19% en el segundo trimestre y el 2,98% en el primero, todavía está vergonzosamente lejos del ambicioso objetivo de crecimiento del 6% que el presidente Bola Tinubu estableció cuando asumió el cargo.
Parece que los elevados objetivos del presidente para la mayor economía de África siguen estando firmemente fuera de alcance. Este “crecimiento” es apenas un paso adelante, y para la mayoría de los nigerianos, se siente más como correr sobre un suelo resbaladizo, mucho movimiento pero ningún progreso real. Las promesas de Tinubu de una rápida transformación económica suenan más a una fantasía con cada trimestre que pasa. ¿Dónde están los resultados de estas políticas?
No olvidemos que una tasa de crecimiento del 6% no es sólo una cifra aleatoria. Es el ritmo mínimo que los expertos sugieren que se necesita para crear empleos significativos y sacar a millones de personas de la pobreza en un país donde casi la mitad de la población vive con menos de 2 dólares al día. Sin embargo, aquí estamos, celebrando ganancias marginales. ¿No se dan cuenta de lo lavados de cerebro que estamos?
El gobierno se apresuró a señalar la “mejora” del crecimiento, pero ¿qué es exactamente lo que se está mejorando? La inflación sigue siendo alta, el desempleo sigue aumentando y el naira lucha contra las monedas extranjeras. Una tasa de crecimiento del 3,46% no es precisamente el milagro económico que se les prometió a los nigerianos.
La administración de Tinubu se ha centrado más en los titulares que en reformas contundentes. “Necesitamos cambios estructurales reales, no sólo gimnasia estadística”, señaló un analista. Las cifras de crecimiento actuales pueden parecer buenas en el papel, pero no abordan la podredumbre económica más profunda que ha plagado a Nigeria durante años.