¿En serio? Donald Trump, el tipo que ha construido su carrera a base de asumir riesgos y superar los límites, va a volver a Butler, Pensilvania, donde casi lo matan. Es como si estuviera desafiando al destino a intentarlo de nuevo.
Hace apenas unos meses, el 13 de julio de 2024, Trump apenas sobrevivió gracias a un poder superior en el que cree. Thomas Matthew Crooks, un joven de 20 años con un rifle y un plan terrible, intentó convertir el mitin de campaña de Trump en una escena mortal. ¿El resultado? Dos personas murieron, siete resultaron heridas y todo el país se preguntó si finalmente nos habíamos vuelto locos.
Ahora, aquí estamos hoy, y Trump está de vuelta en Butler, como un jugador que no puede mantenerse alejado del casino después de una gran pérdida. Uno pensaría que aprendería de sus errores, pero no. Este tipo es como el conejito Energizer con esteroides: sigue y sigue, sin importar cuántas veces lo derriben.
La conexión de Donald Trump con Butler, Pensilvania, es muy fuerte y no se romperá, incluso cuando haya peligro. Esta fuerte lealtad proviene de las promesas que ha hecho y los objetivos de campaña comunes que lo han acercado a la gente de Butler.
No soy un experto, pero creo que regresar al lugar donde casi ocurrió el ataque (en este caso, el intento de asesinato) probablemente no sea una decisión inteligente. Es como buscar problemas, especialmente para Trump, que podría atraer a más personas que quieran hacerle daño.
Pero, ya sabes, ¿a quién le importa la seguridad cuando tienes un gran ego y demasiada confianza, no? Trump cree que es invencible, como si fuera una especie de superhéroe al que no se le puede hacer daño. Al menos, eso es lo que él cree.
Los peligros de que Trump regrese a Butler son muy graves, y los posibles malos resultados también lo son. Cosas como personas que intentan copiar malas acciones, protestas que salen mal y problemas para obtener información importante son solo algunos de los riesgos.
Las personas que protegen a personas importantes deben estar realmente preocupadas por esto, preguntándose cómo pueden mantener a Trump a salvo de sus propias acciones.
Además, el regreso de Trump a Butler no se trata solo de él; se trata de la gente de Butler, que todavía siente el dolor de ese día tan malo. ¿Realmente quieren pasar por la experiencia aterradora de ver a su comunidad lastimada por la violencia nuevamente? ¿Han tenido suficiente tiempo para sentirse mejor? El regreso de Trump es como quitarse una venda antes de que el corte esté completamente curado, mostrando los fuertes sentimientos y los recuerdos dolorosos que aún están allí.
Pero seamos honestos, gente. En Butler, Pensilvania, donde Trump casi se lastima, muchas personas se apresuraron a culpar a Biden, porque ¿por qué no?
Muchas personas culparon rápidamente a Biden, pero no debemos pasar por alto la larga historia de Trump de causar problemas y dividir a la gente, que es incluso más larga que su gran ego.
Además, el regreso de Trump a Butler muestra una visión preocupante de lo que valora Estados Unidos. ¿Estamos tan acostumbrados a la violencia que nos parece bien arriesgar más vidas solo por un evento de campaña? ¿Hemos perdido todo sentido del bien y del mal y de la preocupación por los demás?
Las preguntas que deberíamos hacernos son claras: ¿Vale la pena arriesgar la vida y la de los demás por el ego de Trump? ¿Ha aprendido algo de su encuentro cercano con el peligro? ¿Este evento finalmente hará que Estados Unidos se dé cuenta de que necesita solucionar su problema de violencia con armas de fuego?
Lamentablemente, las respuestas que recibimos son constantemente decepcionantes. No, no vale la pena arriesgar vidas por el ego de Trump. Probablemente no; Trump no parece del tipo introspectivo. Y en cuanto a la llamada de atención, no esperen que llegue pronto.
Esta peligrosa apuesta con el destino es una clara señal de que en Estados Unidos, incluso las ideas más ridículas y arriesgadas pueden volverse reales. Estamos en un país donde los hechos son opcionales y la realidad se distorsiona para que coincida con los objetivos ideológicos. El regreso de Trump a Butler es una señal de un problema mayor, una enfermedad que está dañando el núcleo de nuestra sociedad.