La enfermedad de las arterias coronarias (EAC) es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Según la Biblioteca Nacional de Medicina, “es la tercera causa de mortalidad en todo el mundo y se asocia con 17,8 millones de muertes al año”. En un caso de EAC, las arterias que transportan sangre al corazón se estrechan o se bloquean por la acumulación de placa, lo que dificulta que la sangre llegue al corazón. La enfermedad no solo afecta la salud de las personas, sino que también ejerce mucha presión sobre los sistemas de atención médica. Veamos los síntomas y las causas de esta enfermedad.
El proceso de la enfermedad de las arterias coronarias
La enfermedad de las arterias coronarias comienza cuando el colesterol y las grasas de la sangre comienzan a adherirse a las paredes de las arterias que transportan sangre al corazón. Con el tiempo, forman placas endurecidas que hacen que las arterias se estrechen. A medida que esta placa se acumula, las arterias se vuelven más estrechas y menos flexibles, lo que dificulta que la sangre rica en oxígeno fluya a través de las arterias hacia el corazón.
Cuando las arterias coronarias son demasiado estrechas, el corazón no recibe suficiente oxígeno y nutrientes, especialmente mientras se realiza alguna actividad. Esto puede causar dolor en el pecho, uno de los síntomas de la enfermedad de las arterias coronarias. A veces, la placa puede romperse, lo que provoca la formación de un coágulo de sangre. Si, por desgracia, el coágulo de sangre se hace demasiado grande, puede bloquear la arteria y provocar un ataque cardíaco.
Síntomas de la enfermedad de las arterias coronarias
Dolor en el pecho (angina)
Dificultad para respirar
Fatiga (sensación de mucho cansancio)
Dolor en los brazos, el cuello, la mandíbula o la espalda
Mareos
Náuseas
Sudoración
Causas de la enfermedad de las arterias coronarias
Aparte de la formación de placas, también conocida como aterosclerosis, que obstruyen las arterias, existen otras causas de la enfermedad de las arterias coronarias.
Colesterol alto: hay dos tipos de colesterol que debes conocer. El LDL es el colesterol malo, que es el tipo que forma placas y obstruye las arterias. Mientras que el HDL es el colesterol bueno, el que elimina las cosas malas de la sangre. Si el LDL es alto y el HDL es bajo, eso es algo muy malo.
Presión arterial alta: tener presión arterial alta daña las paredes de las arterias. Una vez que las paredes de las arterias están dañadas, se vuelve más fácil que se formen placas.
Fumar: fumar es una de las principales causas de la enfermedad de las arterias coronarias. Los químicos que contienen los cigarrillos dañan las arterias y facilitan la formación de placas. Fumar también reduce la cantidad de oxígeno en la sangre, lo que aumenta la presión arterial.
Diabetes: tener diabetes significa que el nivel de azúcar en la sangre es alto y, con el tiempo, esto puede dañar los vasos sanguíneos. Las personas con diabetes tienen más probabilidades de tener colesterol alto y presión arterial alta, que son dos factores que contribuyen en gran medida a la enfermedad de las arterias coronarias.
Sobrepeso: tener sobrepeso, especialmente alrededor del abdomen, puede ponerlo en riesgo de sufrir enfermedad de las arterias coronarias. Cuando tiene sobrepeso, es más fácil desarrollar afecciones como presión arterial alta, colesterol alto y diabetes, todas las cuales aumentan sus probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas.
Falta de ejercicio: cuando no hace ejercicio, es más probable que aumente de peso y, como se explicó, el aumento de peso conduce a otros factores que contribuyen a esta enfermedad.
Dieta poco saludable: no es ninguna novedad que cuando come mucha comida chatarra, es más probable que se vuelva obeso. Ser obeso también es un factor de riesgo para la enfermedad de las arterias coronarias.
Antecedentes familiares: A veces, las enfermedades cardíacas se transmiten en la familia. Si tus padres o hermanos han tenido enfermedad de las arterias coronarias, especialmente a una edad muy temprana, es muy probable que tú también corras riesgo, porque está en tus genes.
Conclusión
Si empiezas a sentir dolor en el pecho, falta de aire o te cansas fácilmente sin una razón clara, es cuando definitivamente debes acudir al médico. Además, si notas dolor en los brazos, el cuello o la mandíbula, o si te sientes mareado o aturdido de repente, son señales que no debes ignorar. Es mejor que te hagan un chequeo lo antes posible, solo para asegurarte de que todo está bien con tu corazón.
