El evangelista nigeriano Ebuka Obi se ha convertido de la noche a la mañana en una sensación por sus incendiarias afirmaciones que vinculan el escándalo de Baltasar Engonga, el jefe de finanzas de Guinea Ecuatorial, con oscuras fuerzas espirituales. Engonga, actualmente bajo investigación por corrupción, había sido noticia después de que se encontraran en su dispositivo personal cientos de cintas que supuestamente documentaban encuentros con más de 300 mujeres.
Obi, que reaccionó al incidente después de haber sido informado, dijo que la acción de Engonga puede tener una práctica oculta subyacente. Citó un caso que manejó hace algún tiempo, donde un hombre afirmó que necesitaba mujeres diferentes cada mes, como se indicaba en su acuerdo espiritual. Obi dijo que la acción de Engonga podría rastrearse igualmente a la participación en el culto o un ciclo ritual asociado con el poder.
Aunque el escándalo de Engonga ha sido descartado en gran medida como el último caso de élites corruptas, el ángulo espiritual de Obi parece haber tocado una fibra sensible al plantear nuevas preguntas sobre los vínculos místicos entre el poder y el ocultismo en los altos puestos. Y a medida que se siguen revelando más detalles, las redes sociales siguen igualmente fascinadas por el escándalo y la escalofriante teoría del predicador.