El primer ministro Han Duck-soo, un tecnócrata veterano, ha asumido el papel de presidente interino de Corea del Sur tras el impeachment del presidente Yoon Suk Yeol. El impeachment, que se produjo a raíz del controvertido y breve intento de Yoon de imponer la ley marcial, ha puesto a Han en el centro de atención mientras el país enfrenta su crisis política más grave en décadas.
Un líder veterano con una amplia cartera de trabajo
Han, de 75 años, no es ajeno al liderazgo. Durante tres décadas, ha servido bajo cinco presidentes de partidos conservadores y liberales, ocupando puestos clave, entre ellos embajador en Estados Unidos, ministro de finanzas, ministro de comercio y director de varios centros de estudios y organizaciones. Esta extensa y bipartidista carrera le ha ganado una reputación de líder racional y pragmático cuya experiencia trasciende las divisiones políticas.
Armado con un doctorado en economía de la Universidad de Harvard, Han ha sido una figura clave en la política surcoreana, especialmente en asuntos económicos, comerciales y diplomáticos. Su comportamiento moderado y su incansable ética de trabajo lo han convertido en un líder al que recurrir en tiempos de incertidumbre.
Desafíos futuros
El papel de Han como presidente interino llega en un momento crítico. Debe garantizar que el gobierno siga funcionando a pesar de las profundas divisiones políticas, gestionar una economía en desaceleración y abordar las amenazas constantes de Corea del Norte, que cuenta con armas nucleares.
Sin embargo, su liderazgo podría enfrentar obstáculos legales. Han está bajo escrutinio por su papel en la decisión de la ley marcial, y el Partido Demócrata de la oposición presentó una denuncia para incluirlo en las investigaciones. Si el parlamento destituye a Han, el ministro de finanzas sería el siguiente en la fila para asumir el cargo de presidente interino.
Cerrar la brecha entre la política y la diplomacia
La experiencia de Han en el escenario internacional es un activo importante durante este período turbulento. Como embajador de Corea del Sur en los Estados Unidos en 2009, desempeñó un papel fundamental en la consecución del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Corea del Sur, que fue aprobado por el Congreso en 2011. Con fluidez en inglés y un gran conocimiento de la diplomacia, Han trabajó en estrecha colaboración con los líderes estadounidenses, incluido el entonces vicepresidente Joe Biden.
En el ámbito nacional, Han se ha ganado el respeto por mantener su neutralidad a pesar de haber servido bajo cinco presidentes diferentes. “Es un funcionario de pies a cabeza que no adoptó ningún color político”, dijo un ex funcionario de alto rango.
Poderes limitados, futuro incierto
La constitución de Corea del Sur exige que el primer ministro asuma como presidente interino durante una suspensión, pero sigue siendo ambigua sobre el alcance de la autoridad del primer ministro en este papel. Si bien la mayoría de los académicos creen que el presidente interino se limita a evitar la parálisis del gobierno, otros sostienen que el líder interino puede ejercer plenos poderes presidenciales.
El mandato de Han podría durar meses hasta que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre el impeachment de Yoon. Si Yoon es destituido, se deben celebrar elecciones presidenciales dentro de los 60 días, durante los cuales Han permanecerá al mando.