La hidrocefalia puede afectar tanto a bebés como a adultos. El concepto general de la hidrocefalia es que el líquido cerebral, cuya función es eliminar los desechos del cerebro y también protegerlo (cerebro + médula espinal) de daños, se vuelve excesivo.
Sin embargo, la hidrocefalia es diferente en bebés y adultos. Esta diferencia se basa principalmente en lo que causa esta afección. Los bebés sufren hidrocefalia debido a algunos defectos de nacimiento. Por otro lado, los adultos sufren hidrocefalia como resultado de una lesión en el cerebro o como resultado de la vejez. En este artículo, analizaremos cómo se diagnostica y se trata la hidrocefalia.
¿Cómo se diagnostica la hidrocefalia?
Por lo general, los médicos le preguntarán cómo se siente. Usted les describirá los síntomas que ha estado experimentando antes de la cita con el médico.
Después de haber hablado de sus síntomas con los médicos, procederán a observar mejor lo que está sucediendo dentro de su cerebro.
Para ello, necesitarás realizar algunas pruebas de diagnóstico por imagen, como una tomografía computarizada y una resonancia magnética. La tomografía computarizada permite a los médicos ver si hay demasiado líquido cefalorraquídeo en tu cerebro.
Las imágenes de la tomografía computarizada no son muy claras, por lo que es necesaria una resonancia magnética. Esta prueba creará una imagen más clara de tu cerebro que ayudará al médico a detectar tumores o quistes en el cerebro.
Además, existen procedimientos de diagnóstico adicionales que ayudarán a los médicos a confirmar tu condición.
Punción lumbar: este procedimiento también se conoce como punción raquídea y utiliza una pequeña muestra de líquido cefalorraquídeo extraída de la parte baja de la espalda para comprobar si hay una infección.
Monitoreo de la presión intracraneal: en este procedimiento, los médicos utilizan un sensor para realizar un seguimiento de la presión en tu cerebro.
¿Cuáles son las distintas opciones de tratamiento para la hidrocefalia?
Medicación: para algunas afecciones médicas, la medicación suele ser una opción de tratamiento común y es ampliamente recomendada por médicos y farmacéuticos.
Sin embargo, la medicación no puede curar la hidrocefalia por sí sola. Lo que sí puede hacer la medicación es controlar los síntomas como los dolores de cabeza y las infecciones. Por lo general, se utilizan para complementar otros tratamientos y no se utilizan como una solución a largo plazo para la hidrocefalia.
Cirugía de derivación: uno de los muchos tratamientos comunes es la derivación. Se trata de un pequeño tubo flexible que el médico coloca en los ventrículos del cerebro, que son espacios huecos en el cerebro que contienen líquido cefalorraquídeo. El tubo drena el líquido cefalorraquídeo adicional y lo redirige al abdomen, para evitar que el líquido se acumule constantemente en el cerebro.
Ventriculostomía endoscópica del tercer ojo: si hay un bloqueo en la vía por donde fluye el líquido, los médicos pueden optar por esta opción de tratamiento. Los médicos utilizan una pequeña cámara para hacer un orificio en uno de los ventrículos del cerebro, creando una nueva vía por donde fluya el líquido cefalorraquídeo. Esta nueva vía ayuda a aliviar la presión sin utilizar un sistema de derivación.
En resumen
La hidrocefalia se produce cuando hay demasiado líquido cefalorraquídeo en el cerebro y puede afectar tanto a bebés como a adultos. Al tratar la hidrocefalia, los medicamentos no se consideran una solución a largo plazo.
Se recetan únicamente para aliviar los síntomas, no para curar. Sin embargo, opciones como la cirugía de derivación, en la que se utiliza un tubo para drenar el exceso de líquido del cerebro, y otra opción llamada ventriculostomía endoscópica del tercer ventrículo (VET), son las principales opciones de tratamiento para la hidrocefalia.