Irán ha enviado dos satélites de producción nacional a Rusia para que sean lanzados a órbita por un vehículo espacial ruso, según un informe de Tasnim del sábado. Este desarrollo es parte de la creciente cooperación entre Irán y Rusia, ambos países que han sido fuertemente sancionados por Occidente. Las dos naciones parecen estar fortaleciendo los lazos en una estrategia de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”.
Apoyo ruso anterior al programa espacial de Irán
Rusia ha ayudado anteriormente a Irán a colocar satélites en órbita, incluidos dos lanzamientos en 2022 y febrero de este año. Estas colaboraciones han suscitado inquietudes en Estados Unidos, que teme que la cooperación espacial entre Rusia e Irán pueda servir a los intereses militares de ambos países. A los funcionarios estadounidenses les preocupa que los satélites iraníes puedan ayudar a Rusia en sus esfuerzos bélicos en Ucrania y proporcionar a Irán capacidades avanzadas de vigilancia, especialmente dirigidas a Israel y otras regiones de Oriente Medio.
Desarrollo de satélites iraníes: Kowsar y Hodhod
Los dos satélites enviados a Rusia para su lanzamiento representan avances significativos para el sector espacial privado de Irán. Según el informe, el satélite Kowsar es un satélite de imágenes de alta resolución diseñado para múltiples aplicaciones civiles, como la agricultura, la gestión de recursos naturales, la vigilancia medioambiental y la gestión de desastres.
El segundo satélite, Hodhod, es un pequeño satélite de comunicaciones. Se espera que proporcione servicios de comunicación basados en satélites, en particular en zonas remotas con acceso limitado a las redes terrestres.
Preocupaciones sobre las capacidades de misiles de Irán
En septiembre, Irán realizó su segundo lanzamiento de satélite del año, utilizando un cohete desarrollado por sus Guardias Revolucionarios. Este lanzamiento se produjo en medio de acusaciones por parte de Estados Unidos y países europeos de que Teherán ha estado transfiriendo misiles balísticos a Rusia, posiblemente para su uso en la guerra en curso en Ucrania. Irán, sin embargo, ha negado estas acusaciones.