Japan Airlines (JAL) ha sufrido un ciberataque que ha puesto patas arriba sus operaciones festivas en un momento en el que la agitada temporada de vacaciones de fin de año está en su apogeo. El ataque, que se produjo a primera hora de la mañana del jueves, el día siguiente a Navidad, provocó el retraso de más de 20 vuelos nacionales, lo que dejó a los pasajeros varados y frustrados.
El ciberataque tenía como objetivo la red de JAL y provocó un importante fallo que interrumpió la conexión entre los sistemas internos y externos. Esto significa que los atacantes inundaron la red con transmisiones masivas de datos, una táctica conocida como ataque de denegación de servicio distribuido (DDoS). Este tipo de ataque sobrecarga el sistema y le impide responder al tráfico legítimo.
Mientras se producía el ataque, JAL tuvo que suspender temporalmente la venta de billetes tanto para vuelos nacionales como internacionales. Pero las autoridades de JAL gestionaron la crisis de forma eficaz, asegurando a los ansiosos pasajeros del aeropuerto Haneda de Tokio que no se había producido ningún impacto en la seguridad de los vuelos.
Al final, el equipo técnico de Japan Airlines consiguió identificar y solucionar el problema en cuestión de horas. A última hora de la mañana, la aerolínea había restaurado sus sistemas y reanudado sus operaciones normales. La rápida respuesta mitigó la interrupción, pero el incidente puso de relieve las vulnerabilidades de la infraestructura de ciberseguridad de Japón.
Este reciente ciberataque no es un incidente aislado y los expertos han expresado reiteradamente su preocupación por la ciberseguridad de Japón, especialmente a medida que el país mejora sus capacidades de defensa y se asocia más estrechamente con socios internacionales. A principios de este año, la agencia espacial japonesa informó de una serie de ciberataques, pero en ese ataque no se vio comprometida ninguna información sensible.