En una notable demostración de habilidad económica, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha anunciado que la naira nigeriana es “estable”. Esta declaración ha dejado a muchos nigerianos desconcertados, preguntándose si el FMI está considerando una situación diferente. La aprobación del FMI llega en un momento en que la deuda de Nigeria está aumentando debido a un reciente acuerdo de préstamo del Gobierno Federal (GF).
El valor de la naira ha caído, la inflación ha aumentado y las dificultades económicas han empeorado. A pesar de esto, el FMI mantiene que nuestra moneda es estable. No está claro qué criterios utilizaron para hacer este juicio; ¿quizás utilizaron una bola de cristal?
La continua depreciación del naira frente a las principales divisas pone de relieve nuestros desafíos económicos. La inflación ronda el 30%, lo que reduce el poder adquisitivo y empuja a muchas personas a la pobreza.
La afirmación del FMI de estabilidad es un insulto a los nigerianos que luchan por llegar a fin de mes. ¿Ha pasado por alto el FMI los crecientes pagos de la deuda de Nigeria, el deterioro de la infraestructura, la electricidad poco fiable y el aumento del desempleo?
Su memoria selectiva es chocante. La evaluación del FMI está llena de hipocresía, poniendo los intereses de los acreedores por delante de las vidas de los nigerianos.
Esta situación plantea importantes preguntas: ¿Qué planes secretos se esconden detrás de la opinión positiva del FMI? ¿El acuerdo de préstamo afectó su evaluación? ¿Realmente les importa la salud económica de Nigeria? La posición del FMI debilita su experiencia económica. Los nigerianos merecen honestidad, no falsas promesas.
Los nigerianos deben exigir cuentas al gobierno federal y al FMI. Necesitamos políticas económicas que ayuden a los ciudadanos, no solo a los acreedores. Los planes de crecimiento inclusivos y sostenibles son cruciales. La reputación del FMI está en ruinas. Debemos cuestionar esta historia y presionar para un cambio real.
La afirmación del FMI sobre la estabilidad del naira es un insulto a las experiencias económicas de los nigerianos. Su problema de credibilidad requiere un examen cuidadoso. No podemos permitirnos que nos engañen.
Una buena tasa de inflación, en torno al 5-7%, ayuda a que la economía crezca. Pero la tasa de inflación actual de Nigeria es perjudicial. El FMI y el Banco Mundial sugieren mantener bajo control la relación deuda/PIB, el déficit fiscal y la inflación. Nigeria no está cumpliendo estas directrices.
El Gobierno Federal debería centrarse en planes económicos a largo plazo para ayudar a los nigerianos. Tenemos que pedir responsabilidad, planes que incluyan a todos y políticas que ayuden a los ciudadanos, no sólo a los prestamistas.
La afirmación del FMI sobre la estabilidad del naira no coincide con lo que están experimentando los nigerianos.