A veces, diagnosticar una enfermedad es como resolver un rompecabezas en el que casi todas las piezas parecen iguales. Este suele ser el mismo desafío que diagnosticar el síndrome de dificultad respiratoria aguda o SDRA.
A primera vista, sus síntomas, que incluyen dificultad para respirar y respiración rápida, pueden imitar otros problemas respiratorios como la neumonía, el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Estas similitudes son las que hacen que el diagnóstico del SDRA sea complicado. En este artículo, veremos cómo los médicos diferencian el SDRA de otras afecciones respiratorias. También veremos los mejores enfoques de tratamiento que brindan a los pacientes la posibilidad de recuperación.
Diagnóstico del síndrome de dificultad respiratoria aguda
Durante el diagnóstico, los médicos buscan específicamente desencadenantes como infecciones graves como sepsis, neumonía, traumatismo o cualquier exposición tóxica que pueda causar SDRA. Cuando los médicos conocen los desencadenantes, pueden ayudarlos a unir los puntos. El primer examen es un examen físico donde el médico usa un estetoscopio para escuchar sonidos anormales en los pulmones, como crepitaciones, que muestran que puede haber acumulación de líquido en los pulmones. A diferencia del asma o la bronquitis, donde las sibilancias son más comunes, el SDRA a menudo se presenta con sonidos húmedos distintivos en los pulmones debido al líquido.
El médico continúa con una prueba de diagnóstico por imágenes. Las pruebas de diagnóstico por imágenes varían desde radiografías de tórax hasta tomografías computarizadas. Las radiografías de tórax son una herramienta de diagnóstico por imágenes básica que muestra si los pulmones tienen líquido en ellos. Si los pulmones tienen líquido en ellos, la radiografía aparecerá como un área turbia o blanca. Una tomografía computarizada es una exploración más avanzada que proporciona imágenes detalladas de los pulmones, que muestran cuánto daño o líquido está presente. En el SDRA, ambos pulmones suelen mostrar una apariencia turbia, que es diferente de las infecciones localizadas o afecciones como el cáncer de pulmón.
Además, los médicos toman muestras de sangre para verificar los niveles de oxígeno y otros indicadores. Estos indicadores incluyen: gasometría arterial (ABG) y hemograma completo (CSC). La ABG mide el oxígeno y el dióxido de carbono en la sangre, mientras que el CSC verifica si hay infección o inflamación que pueda haber desencadenado el SDRA. El SDRA generalmente muestra niveles de oxígeno peligrosamente bajos en comparación con otras afecciones respiratorias.
Además, el médico realiza una prueba no invasiva llamada oximetría de pulso, en la que se coloca un pequeño clip en el dedo para medir los niveles de oxígeno en sangre. Finalmente, se realiza un ecocardiograma, que es una prueba de ultrasonido del corazón, para descartar la insuficiencia cardíaca como causa de líquido en el pulmón. En el SDRA, el corazón no suele ser el problema. En cambio, el daño pulmonar es independiente de la función cardíaca.
Tratamiento del síndrome de dificultad respiratoria aguda
Oxígenoterapia: dado que el SDRA hace que el nivel de oxígeno sea extremadamente bajo, el enfoque principal a menudo se desplaza a proporcionar suficiente oxígeno para mantener el cuerpo en funcionamiento. Los pacientes reciben oxígeno a través de una máscara o cánulas nasales, pero los casos graves de SDRA requieren ventilación mecánica, que es una máquina que ayuda a los pulmones a tomar y exhalar aire.
Posición boca abajo: acostar a los pacientes boca abajo permite un fácil flujo de oxígeno, lo que reduce la compresión pulmonar. Esta sencilla técnica de posicionamiento mejora significativamente la función pulmonar. No es invasiva y mejora la respiración sin agregar estrés a los pulmones.
Medicación: estos medicamentos administrados por el médico no tratan directamente el SDRA. En cambio, se dirigen a los desencadenantes y complicaciones del SDRA y ayudan a acelerar la recuperación. Se utilizan antibióticos si el SDRA es causado por una infección bacteriana como la neumonía. Las directivas son un medicamento que se prescribe para la acumulación de líquido en el pulmón. Los sedantes ayudan a los pacientes a mantener la calma, especialmente si están conectados a un respirador.
Manejo de líquidos: los médicos controlan y ajustan cuidadosamente el líquido que se le administra al paciente porque demasiado líquido empeorará un pulmón ya inflamado, mientras que muy poco puede causar deshidratación o afectar otras funciones.
Rehabilitación: después de sobrevivir al síndrome de dificultad respiratoria aguda, los pacientes suelen necesitar cuidados a largo plazo para recuperar la función pulmonar y también la fuerza física. El proceso no siempre termina con el alta de la UCI. Necesitarán terapia continua para asegurarse de tener una mejor calidad de vida después de la recuperación.
Resumen
Este artículo explica cómo los médicos diagnostican y tratan el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), una afección pulmonar con síntomas similares a otros problemas respiratorios. Los médicos identifican los desencadenantes, como infecciones o traumatismos, y utilizan exámenes físicos, radiografías, tomografías computarizadas y análisis de sangre para confirmar el SDRA. Lo que hace que el SDRA sea diferente es la acumulación de líquido en los pulmones. El tratamiento para esta afección se centra en proporcionar oxígeno, a veces a través de ventilación mecánica, y en administrar líquidos. Los pacientes a menudo necesitan rehabilitación para recuperar la fuerza y la función pulmonar después de la recuperación.