Cada día, los riñones filtran unos 190 litros de sangre. Este proceso se lleva a cabo a través de pequeñas células tubulares que eliminan los desechos y equilibran los líquidos para mantener el funcionamiento del cuerpo. Pero, ¿qué sucede cuando las células tubulares se dañan? No se trata de un caso aislado, ya que es posible que se produzcan daños en las células tubulares. Se trata de una afección llamada necrosis tubular aguda (NTA), que altera la función renal y provoca una lesión renal aguda.
¿Qué es la necrosis tubular aguda (NTA)?
La NTA es una afección que se produce cuando las pequeñas células que recubren los túbulos renales se dañan. Normalmente, los riñones actúan como filtros, limpiando la sangre y eliminando los desechos a través de una red de pequeños tubos llamados túbulos. Estos túbulos están revestidos de células especializadas, llamadas células tubulares, que absorben agua, azúcar y sales, y los devuelven al torrente sanguíneo mientras siguen eliminando los desechos nocivos.
En la NTA, estas células tubulares se dañan debido a la falta de oxígeno o a la exposición a sustancias nocivas. Esto puede suceder durante una deshidratación grave, presión arterial baja y muchas otras situaciones. Una vez que las células están dañadas, no funcionan correctamente. Estas células pueden morir y comenzar a desprenderse en los túbulos, obstruyéndolos. Debido a esto, a los riñones les resulta difícil filtrar la sangre de manera eficiente.
Síntomas de la necrosis tubular aguda
Hay síntomas que una persona nota al principio cuando sus túbulos comienzan a morir. Estos síntomas se consideran marcadores o una indicación temprana de esta afección. Entre ellos se incluyen:
Poca orina
Cansancio
Hinchazón en las piernas, tobillos o pies
Náuseas
Pérdida de apetito
Con el tiempo, si no se trata, la afección progresará, lo que hará que los túbulos muertos se desprendan y caigan en el lumen (el interior hueco) de los túbulos renales. Si eso sucede, la persona probablemente experimente síntomas como:
Orina oscura o con sangre
Presión arterial alta
Confusión
Dificultad para respirar
Latidos cardíacos irregulares
Picazón constante
Calambres musculares
Causas de la necrosis tubular aguda
Isquemia (reducción del flujo sanguíneo): los riñones siempre necesitan un suministro constante de sangre para funcionar. La sangre transporta oxígeno y nutrientes que mantienen vivas las células renales. Sin embargo, si el flujo sanguíneo al riñón se reduce significativamente, debido a la deshidratación, un derrame cerebral o tal vez una cirugía, las células renales no recibirán suficiente oxígeno. Sin oxígeno, las células comienzan a morir. Esta falta de flujo sanguíneo y oxígeno se denomina isquemia, que es una de las causas de la necrosis tubular aguda.
Nefrotoxinas: las nefrotoxinas son sustancias tóxicas para los riñones. Pueden dañar las delicadas células del interior de los túbulos, lo que dificulta el trabajo de los riñones.
Las nefrotoxinas se presentan en distintas formas: pueden ser determinados medicamentos, medios de contraste, metales pesados o incluso veneno. Algunos medicamentos, como los AINE, pueden ser perjudiciales para los riñones si se utilizan en exceso o sin un control adecuado. Mientras que los medios de contraste son tintes que se utilizan durante las pruebas de diagnóstico por imágenes que permiten al médico ver mejor los órganos, pueden estresar los riñones y dañar las delicadas células.
Otras causas: además del bajo flujo sanguíneo y las nefrotoxinas, la necrosis tubular aguda puede ser causada por otras afecciones, como infecciones, enfermedades autoinmunes y rabdomiólisis. Estas son menos comunes, pero pueden provocar necrosis tubular aguda. En el caso de la rabdomiólisis, esta afección se produce cuando los tejidos musculares se descomponen rápidamente debido a una lesión, medicamentos o ejercicios intensos.
Esta descomposición libera una proteína llamada mioglobina en el torrente sanguíneo. La mioglobina es tóxica para los riñones y obstruye los túbulos, lo que provoca necrosis tubular aguda. En general, las causas más comunes son el bajo nivel de oxígeno y la exposición a toxinas que afectan a las células y reducen la función renal.
En resumen
La necrosis tubular aguda (NTA) es una afección que daña el sistema de filtrado de los riñones, lo que dificulta la eliminación de desechos y el mantenimiento del equilibrio químico y de líquidos del cuerpo. Este daño se produce cuando las pequeñas células tubulares de los riñones se dañan, a menudo debido a la falta de flujo sanguíneo o la exposición a sustancias nocivas como toxinas o ciertos medicamentos. Si no se trata, la NTA no solo impide que los riñones funcionen correctamente, sino que puede provocar una lesión renal grave, en la que los desechos y las toxinas se acumulan de forma peligrosa en el cuerpo. Esto puede provocar complicaciones potencialmente mortales.