La bilis es uno de los muchos líquidos que segrega el cuerpo, pero principalmente ayuda a digerir las grasas. Este líquido es producido por el hígado y se inicia en la vesícula biliar, donde permanece hasta que el cuerpo realmente lo necesita. La bilis ayuda a descomponer los alimentos grasos en el intestino delgado, de esa manera, es más fácil para el cuerpo absorber los nutrientes.
Sin embargo, a veces, el flujo de bilis puede bloquearse, una afección llamada obstrucción de los conductos biliares. Hay pequeños tubos llamados conductos que llevan la bilis al intestino para que haga su trabajo. En el caso de la obstrucción de los conductos biliares, los conductos se bloquean, lo que causa problemas con la digestión. Si bien esta afección es poco común, las probabilidades de sufrirla no son nulas.
El tracto biliar
El tracto biliar es un sistema del cuerpo que está formado por el hígado, la vesícula biliar y los conductos biliares. Este tracto es una especie de sistema de transporte que mueve la bilis para ayudar al estómago a digerir los alimentos grasos. Comienza en el hígado y pasa por la vesícula biliar para almacenarse. Luego, termina en los intestinos, donde la bilis hace su trabajo.
Síntomas de la obstrucción del conducto biliar
Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
Orina oscura
Heces de color claro
Dolor abdominal
Picazón
Fiebre
Pérdida de peso
Fatiga
Causas de la obstrucción del conducto biliar
Cálculos biliares
La causa más común de la obstrucción del conducto biliar son los cálculos biliares. Son partículas pequeñas pero sólidas que se forman en la vesícula biliar debido a un desequilibrio en las sustancias que componen la bilis. Los cálculos biliares son de diferentes tipos:
Cálculos biliares de colesterol: estos cálculos están compuestos principalmente de colesterol, que se forma cuando la bicicleta contiene demasiado colesterol. Además de las sustancias que contienen colesterol, si hay pocas sales de la bicicleta o si la vesícula biliar no se vacía correctamente, se forman cálculos biliares de colesterol.
Cálculos biliares pigmentarios: estos están compuestos de bilirrubina y son más comunes en personas con enfermedades hepáticas o infecciones en los conductos biliares.
Los cálculos biliares comienzan a formarse cuando el colesterol o la bilirrubina se cristalizan. Estos cristales se convierten en cálculos con el tiempo, que forman los cálculos biliares. Las personas obesas, con una dieta alta en grasas o con predisposición genética tienen un mayor riesgo de padecer esta afección.
Si los cálculos biliares salen de la vesícula biliar, podrían alojarse en los conductos biliares, bloqueando el flujo de la bilis.
Cáncer de las vías biliares
El cáncer del sistema biliar (el sistema de transporte de la bilis) también puede afectar a los conductos biliares. Esto puede suceder de dos maneras. El cáncer puede bloquear los conductos o hacer que se hinchen y se estrechen. Existen tipos de cáncer de las vías biliares:
Colangiocarcinoma: es un cáncer del propio conducto biliar.
Cáncer de vesícula biliar: es un cáncer poco común que comienza en la vesícula biliar y puede propagarse gradualmente a los conductos biliares.
La vesícula biliar y las vías biliares están formadas por células, al igual que el resto del cuerpo. El cáncer se desarrolla cuando las células de cualquiera de estas ubicaciones comienzan a crecer sin control. Los tumores pueden crecer dentro o alrededor de los conductos biliares, lo que bloquea físicamente el flujo de bilis.
Otras causas
El cáncer de las vías biliares no es el único cáncer que puede provocar la obstrucción de los conductos biliares. Otro cáncer que podría provocar la obstrucción de los conductos biliares es el cáncer de páncreas, especialmente cuando se encuentra cerca de los conductos biliares. Si el cáncer se encuentra cerca del conducto biliar, puede comprimir o invadir los conductos. Esto evita que la bilis fluya hacia el intestino.
Además, enfermedades como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa pueden provocar la inflamación de las vías biliares. Con el tiempo, la inflamación crónica puede cicatrizar y estrechar los conductos, obstruyendo el flujo de bilis. También existe una enfermedad llamada colangitis esclerosante en la que los conductos biliares se inflaman y desarrollan tejido cicatricial. Con el tiempo, la cicatrización estrecha los conductos, bloqueando el flujo de bilis.
Por último, ciertos parásitos, como los trematodos hepáticos, pueden infectar los conductos biliares después de ser ingeridos a través de alimentos o agua contaminados. Estos parásitos recubren los conductos, provocando inflamación y bloqueo físico.
Conclusión
Quienes tienen cálculos biliares, sobrepeso o antecedentes familiares de problemas hepáticos o biliares pueden tener un mayor riesgo de obstrucción de los conductos biliares. Las personas con enfermedad inflamatoria intestinal o cáncer de páncreas también pueden estar en riesgo. Si empiezas a desarrollar síntomas como piel u ojos amarillentos (ictericia), dolor de estómago, náuseas u orina oscura, debes consultar a un médico. Cuanto antes detectes el problema, más fácil será tratarlo.