Paul Pogba ha hablado sobre su sanción por dopaje y ha negado enfáticamente haber hecho trampas, al tiempo que ha aceptado la responsabilidad por el descuido que llevó a su suspensión. El centrocampista de la Juventus, Pogba, ha dado positivo en un control de dehidroepiandrosterona (DHEA), una sustancia derivada de una hormona esteroide endógena que se produce de forma natural en el cuerpo y que aumenta la testosterona.
Inicialmente, Pogba se enfrentaba a una sanción de cuatro años, pero el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) redujo su castigo a 18 meses de suspensión, lo que le permitirá volver al fútbol competitivo en marzo de 2025 y evitar lo que podría haber sido un retiro anticipado a los 35 años.
En una entrevista con Sky Sports, Pogba insistió en que nunca tomó medicamentos para mejorar el rendimiento a sabiendas: “Me gusta ganar de manera justa. Soy un mal perdedor, pero no soy un tramposo”. Reconoció que debería haber sido más cuidadoso y admitió: “Debería haber comprobado todo tres veces. Asumo toda la responsabilidad”.
La carga emocional, admite, fue enorme y, en un momento dado, le hizo temer que su carrera podría haber terminado. Dice que su esposa, Zulay, fue la mayor fuerza impulsora durante ese período.
Con su suspensión reducida, Pogba está en condiciones de volver a entrenar en enero de 2025 mientras la Juventus continúa su campaña en la Serie A.