Una joven australiana pasó horas atrapada boca abajo tras resbalarse entre dos rocas cuando intentaba recuperar su teléfono móvil durante una caminata en su país natal.
Matilda Campbell, la mujer en cuestión, estaba caminando en la región del valle Hunter de Nueva Gales del Sur a principios de este mes cuando cayó en una grieta de tres metros.
Lo que no sabía es que ese percance sería el comienzo de una dura prueba de siete horas en la que los servicios de emergencia se enfrentarían a un rescate “complicado” que incluso implicaría mover varias rocas.
Peter Watts, un paramédico que trabaja en el servicio de ambulancias de Nueva Gales del Sur, según un comunicado de prensa publicado en las páginas de redes sociales del servicio, dijo:
“En mis 10 años como paramédico de rescate nunca me había encontrado con un trabajo como este, fue un desafío pero increíblemente gratificante”.
Esto se debió a que incluso después de que los oficiales de rescate lograron levantar una roca de 500 kg (1100 lb) del camino, todavía tenían la inusual tarea de descubrir cómo sacar a la mujer de la curva en forma de “S” en la que se había encontrado sin saberlo.
El servicio de ambulancias de Nueva Gales del Sur comentó además que ya había estado boca abajo durante más de una hora antes de que llegaran los rescatistas, ya que los intentos iniciales de sus amigos por liberarla de la grieta resultaron infructuosos.
Las imágenes compartidas por el servicio de ambulancias la mostraban colgando entre las rocas a sus pies, así como los complejos esfuerzos por mantener el área estable mientras los servicios de emergencia intentaban crear un espacio lo suficientemente grande para liberarla.
Sorprendentemente, la mujer rescatada salió caminando con solo rasguños y moretones menores, según NSW Ambulance, pero no logró recuperar su teléfono.
Posteriormente, Campbell se deshizo en elogios en línea sobre la exitosa operación de rescate diciendo:
“Gracias al equipo que me salvó, ustedes son literalmente salvavidas. Pero es una lástima lo del teléfono”.
Este incidente recuerda la trágica desventura de la cueva Nutty Putty que involucró a John Jones en 2009. Jones quedó atrapado boca abajo en un pasaje estrecho y, a pesar de los intensos esfuerzos de rescate, no pudo ser liberado. Su historia sirve como un recordatorio aleccionador de los peligros potenciales de explorar espacios confinados.