Es normal que las personas pierdan algo de masa muscular a medida que envejecen. Sin embargo, muchas personas desconocen que esto no es solo un aspecto típico del envejecimiento. Se conoce como sarcopenia. Una de las principales características de la sarcopenia es la pérdida de masa y fuerza muscular. Debido a eso, las tareas diarias como levantar objetos se vuelven difíciles. Un estudio afirma que “la fuerza muscular disminuye un 1,5 % entre los 50 y los 60 años y un 3 % a partir de entonces”. Si padece esta enfermedad, corre el riesgo de caerse, lesionarse o tal vez desarrollar otros problemas de salud.
Proceso de la sarcopenia
A medida que envejecemos, las fibras musculares se hacen más pequeñas. Esto se debe a que nuestro cuerpo no repara los músculos tan fácilmente como antes. Los músculos más débiles resultan en menos potencia. A medida que envejecemos, nuestros músculos se debilitan mucho, especialmente los que nos permiten movernos rápidamente o levantar objetos pesados. La pérdida de estas fibras hace que los músculos se debiliten y encojan.
A medida que envejecemos, nuestro cuerpo también produce menos proteínas. Dado que las proteínas ayudan al crecimiento y la reparación muscular, la falta de ellas impide que los músculos vuelvan a crecer con tanta fuerza como antes. Aquellos que tienen músculos más débiles prefieren moverse menos, lo que agota aún más sus músculos. Debido a esto, los músculos se vuelven más débiles cuanto menos los utilizamos.
Además, las personas también enfrentan diferentes problemas de salud como artritis o diabetes, que también tienen un efecto sobre los músculos. Estos problemas de salud también hacen que los músculos sean más débiles de lo habitual. La información de esta fundación también habla de la degradación de los músculos.
Síntomas de la sarcopenia
Músculos débiles
Pérdida del equilibrio
Movimientos más lentos
Problemas con las tareas cotidianas
Pérdida de peso
Cansancio fácil
Dolor muscular
Causas de la sarcopenia
Estilo de vida: si no te mueves ni haces ejercicio, tus músculos no se utilizarán lo suficiente para mantener su fuerza. Estar sentado la mayor parte del día priva a los músculos del ejercicio que necesitan, lo que finalmente conduce a su debilidad y encogimiento.
Nutrientes deficientes: no tener suficientes proteínas, vitaminas y minerales puede afectar a los músculos. Como se mencionó anteriormente, la proteína es importante para ayudar a desarrollar y reparar los músculos. Sin la cantidad suficiente, los músculos pueden debilitarse.
Los micronutrientes como las vitaminas y los minerales también pueden ayudar a que los músculos funcionen correctamente, y no obtener la cantidad suficiente de ellos en la dieta puede empeorar la sarcopenia.
Cambios hormonales: a medida que las personas envejecen, el cuerpo produce menos de ciertas hormonas como la testosterona y el estrógeno. Estas hormonas ayudan a mantener la fuerza muscular. Entonces, cuando sus niveles bajan, pueden debilitar los músculos. También es parte del proceso natural de envejecimiento.
Enfermedades crónicas: Si alguien tiene un problema de salud a largo plazo como diabetes, artritis o cáncer, la sarcopenia empeora. Esta enfermedad a menudo hace que el cuerpo se inflame, lo que puede acelerar la degradación muscular. La inflamación debilita el músculo y hace que sea más difícil de mantener, lo que provoca una pérdida muscular más rápida.
En resumen
La sarcopenia es cuando los músculos se debilitan y se hacen más pequeños a medida que envejece, lo que dificulta las tareas cotidianas. No es solo una parte normal del envejecimiento, sino una afección que afecta a aproximadamente el 30 % de las personas mayores de 60 años y a más del 50 % de las personas mayores de 80. Esto puede provocar más caídas, lesiones y otros problemas de salud. La sarcopenia se produce por cosas como no moverse lo suficiente, no comer suficientes alimentos saludables, cambios hormonales y problemas de salud como artritis o diabetes.
