El Tribunal de Apelación de Lagos ha anulado la sentencia de cadena perpetua dictada contra el Dr. Olufemi Olaleye, director médico de la Fundación para el Cuidado Óptimo del Cáncer. El Dr. Olaleye, condenado por el Tribunal de Delitos Sexuales y Violencia Doméstica del Estado de Lagos por violar a la sobrina de 16 años de su esposa, es ahora un hombre libre, y el mundo jurídico se pregunta cómo se ha desenvuelto un caso tan controvertido.
El juez Olukayode Bada, que dictó la sentencia principal con el apoyo de los jueces Mohammed Ibrahim Sirajo y Folasade Ayodeji Ojo, no se contuvo a la hora de criticar la forma en que el tribunal de primera instancia manejó el caso. Según el tribunal de apelación, las pruebas en las que se basó el tribunal de primera instancia no solo eran defectuosas, sino directamente “contaminadas” y “poco fiables”. El testimonio de la ex esposa del Dr. Olaleye, Oluremi, y del supuesto superviviente estaba plagado de contradicciones que nunca deberían haber sido la base de una condena tan grave.
El tribunal también criticó duramente a la fiscalía por su trabajo descuidado. Las pruebas fundamentales presentadas por un especialista forense infantil, un médico del Centro Mirabel y el oficial investigador fueron desestimadas por “inútiles”. Los jueces cuestionaron cómo una prueba tan cuestionable pasó el escrutinio.
Uno de los aspectos más condenatorios de la sentencia fue la observación del tribunal de apelación de que el juez de primera instancia, el juez Rahman Oshodi, esencialmente se puso en el lugar de la fiscalía. El tribunal dijo que “bajó a la arena” para llenar lagunas evidentes en el caso de la fiscalía. Esta interferencia, según los jueces de apelación, fue inaceptable y comprometió la integridad del juicio.
El tribunal de apelación destacó el hecho de que la fiscalía no presentó testigos clave que se decía que habían estado presentes durante la supuesta confesión del Dr. Olaleye. Si estos testigos existían, ¿por qué no fueron presentados? El tribunal también señaló que el juicio debería haber incluido un juicio dentro del juicio para determinar si la supuesta confesión, hecha después de seis días de detención, se había dado voluntariamente. El Dr. Olaleye afirmó que se había hecho bajo coacción, y el tribunal de apelación estuvo de acuerdo en que este aspecto se había manejado de forma indebida.
El Tribunal de Apelación también resolvió las cinco cuestiones planteadas en la apelación a favor del Dr. Olaleye y en contra de la fiscalía. La sentencia expone importantes fallos en el proceso de investigación y juicio, planteando dudas sobre la competencia de los encargados de impartir justicia en casos tan delicados.
Por ahora, el Dr. Olaleye está libre, pero la confianza pública en el sistema judicial puede no recuperarse tan fácilmente. El caso pone de relieve la necesidad de investigaciones exhaustivas y juicios imparciales para garantizar que la justicia, cuando se imparta, sea irreprochable. “Fiat justitia ruat caelum” (Que prevalezca la justicia, aunque se caigan los cielos)