En una escalada significativa del conflicto, Ucrania ha lanzado uno de los ataques con drones más masivos contra Moscú, atacando la capital rusa con una fuerza sin igual. Este ataque significa un nuevo nivel en la guerra en curso entre Rusia y Ucrania.
El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, confirmó el ataque diciendo: “Este es uno de los mayores ataques con drones jamás intentados contra Moscú. Continuamos monitoreando la situación”.
Según información del Ministerio de Defensa de Rusia, durante las horas de la noche, 45 drones ucranianos fueron derribados, incluidos 11 sobre Moscú. Sobyanin confirmó más tarde que nadie resultó herido o sufrió daños debido a los fragmentos.
Los drones atacaron numerosos puntos de su jurisdicción, entre ellos zonas urbanas y suburbios. Para mitigar esta ofensiva, se activaron las defensas aéreas.
Esta ofensiva implica un cambio en la estrategia de Ucrania, por lo que han intensificado sus contraofensivas en suelo ruso. Solo este mes, el ejército ucraniano ha ampliado sus operaciones más allá de su anterior enfoque en atacar bases aéreas o depósitos de combustible rusos, después de llevar a cabo una incursión sorpresa al otro lado de la frontera con Rusia.
Algunas personas no identificadas de las autoridades revelaron que algunos drones fueron atacados sobre Podolsk, una ciudad ubicada al sur de Moscú, además de otros lugares vecinos.
En respuesta, el ejército ruso prometió mejorar su sistema de defensa aérea y tomar las precauciones necesarias para evitar la repetición de situaciones similares en el futuro.
La comunidad internacional está siguiendo de cerca esta situación, expresando preocupación por el conflicto en curso que probablemente tenga un efecto global.
Esto ocurre en un momento en que Ucrania todavía está persiguiendo planes de expansión territorial, mientras que Rusia continúa con su presencia militar en esta región. Sigue siendo inestable, ya que ambas partes están preparadas para un combate prolongado.