Nyesom Wike, Ministro del Territorio de la Capital Federal (FCT), ha proclamado con valentía que conducir un taxi no es solo un trabajo, sino un “noble medio de vida” que los nigerianos deberían adoptar para obtener un ingreso decente. Esta declaración forma parte de sus planes para combatir los problemas desenfrenados de secuestro y los notorios esquemas de robo de “una sola oportunidad” que plagan las calles de Abuja. A partir de enero de 2025, anunció Wike, no se permitirá que ningún autobús o taxi comercial opere en la capital a menos que haya sido debidamente examinado por las agencias de seguridad.
En un discurso reciente durante el Programa de Empoderamiento Juvenil Renewed Hope del FCT celebrado en Garki, Wike expuso su visión para un sistema de transporte más seguro. Afirmó: “A partir de enero del año que viene, no habrá nadie que opere como taxista o conductor de autobús sin la aprobación de seguridad”.
Parece que el ministro está ansioso por garantizar que se registren todos los vehículos y conductores, y afirmó que “no se tolerará nada parecido al uso de cualquier vehículo en la carretera”. La idea es crear un sistema de elaboración de perfiles sólido que haga que los pasajeros se sientan seguros, con los nombres de los conductores y los números de los vehículos registrados para mayor seguridad.
Los comentarios de Wike también fueron un golpe bastante descarado al estigma social que rodea a los taxistas en Nigeria. Animó a los conductores recién empoderados, que recibieron 80 taxis nuevos en el evento, a enorgullecerse de sus funciones. Señaló la ironía de que muchos nigerianos que rechazan conducir taxis en su país de origen a menudo aceptan los mismos trabajos en el extranjero sin pensarlo dos veces. “Lo que verá en las redes sociales es que él quiere que sean taxistas”, lamentó. “Viajamos y vemos a nigerianos que se quedan en el extranjero y trabajan como taxistas”.
El ministro destacó además la disparidad en las actitudes hacia el trabajo, diciendo que mientras que los nigerianos en su país pueden despreciar a los taxistas, sus familiares en el extranjero a menudo prosperan en el mismo papel. “En lugar de alentar a nuestras familias a que coman, lo próximo que veremos en las redes sociales es que les están dando trabajo como taxistas”, criticó Wike. “No podemos ser taxistas aquí, pero preferimos conducir taxis en Londres”.
La ambiciosa visión de Wike puede allanar el camino para una nueva era de respeto por los taxistas en Nigeria, si, y solo si, la implementación es tan sólida como él dice.